jueves, 19 de febrero de 2015

Edgar Allan Poe

¿Quién no conoce al Cuervo de Poe?

No hay mejor manera de inaugurar este espacio que con el grande, inquietante, el genio loco, el maestro, nacido en Boston en 1809 y que dejase este mundo en Baltimore, cuarenta años después.



El Corazón Delator, El Escarabajo de Oro, Annabel Lee… en algún momento de nuestra vida hemos escuchado, leído o visto alguna película que gira en torno o haga referencia a la vida u obra del poeta, narrador y crítico Edgar Allan Poe, maestro de la literatura de terror, crítico literario escandaloso, narrador oscuro de vida estrepitosa y muerte intrigante.

Su trabajo ha sido faro de inspiración a grandes que lo precedieron, su influencia se deja ver en el trabajo de Baudelaire, Conan Doyle o hasta Lovecraft. Imposible dejarlo de largo si es que la literatura es uno de tus intereses, invariablemente debes caer en la tentación de sus historias fantásticas, sus poemas y cuentos. Y para regalarse a la vista con uno de ellos, aquí un fragmento del hermoso poema que hace referencia  a un inocente amor que la muerte no lleva a su final:

Annabel Lee
(…) ¡Oh sí! -no tan felices los arcángeles-,
llegaron a envidiarnos, a ella, a mí.
Y no más que por eso -todos, todos
en el reino, ante el mar, sábenlo así-,
sopló viento nocturno, de una nube,
robándome por siempre a Annabel Lee.

Mas, vence nuestro amor; vence al de muchos,
más grandes que ella fue, que nunca fui;
y ni próceres ángeles del cielo
ni demonios que el mar prospere en sí,
separarán jamás mi alma del alma
de la radiante Annabel Lee. (…)


Hay algo en la dolorosa pérdida que suele acompañar constantemente a los poetas, sirviéndose de ello para crear los versos más hermosos o los más tristes; no en vano dice la frase que “… el orate, el que pena de amor y el poeta, destilan imaginación…”.

Y para concluir ¿Qué tal un poco de análisis?


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